Precalienta el horno a 350°F. Engrasa y enharina ligeramente un molde para hornear de 9 x 13 pulgadas.
En un envase agrega la harina, el polvo de hornea y la sal. Deja de lado.
Con una batidora, bate las claras de huevo, de inmediato agrega el cremor tártaro, bate los huevos hasta que se vuelvan espumosos, agregue lentamente el azúcar y siga batiendo hasta que estén brillantes y firmes pero no secos. Agrega las yemas de huevo una a la vez.
Añade la vainilla y la leche y agrega a la mezcla alternando con la mezcla de harina. Bate suavemente hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.
Vierte la masa en el molde y hornea hasta que se sienta firme y un palillo insertado salga limpio. Aproximadamente de 40 a 50 minutos. Deja enfriar completamente sobre una rejilla. Perfora todo el bizcocho/pastel con un tenedor o cuchillo cuidando de no romperlo.
En un envase combina las leches con la vainilla y el ron. Bate hasta que esté bien mezclado. Vierte poco a poco la mezcla sobre el bizcocho a intervalos de unos 15 minutos, continúa haciéndolo hasta que se use todo el líquido. Refrigera por varias horas y hasta hacer el merengue.
En una cacerola pequeña combina el agua y el azúcar. Deja hervir. Reduce el fuego y revuelva para disolver el azúcar. Cocina hasta que el azúcar alcance la etapa de bola suave, aproximadamente 8 minutos. Retira del fuego.
Bate las claras con el cremor tártaro hasta formar picos rígidos. Vierte el jarabe de azúcar hirviendo en un chorro fino en la clara de huevo rígida y continúa batiendo hasta que se haya agregado todo el jarabe y la mezcla esté fría al tacto. El merengue debe quedar suave y brillante (durante este proceso, el almíbar caliente cuece ligeramente las claras).
Con una espátula mojada, esparce por encima. Refrigera por lo menos 2 horas antes de servir.
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