Recorta las fresas y añádelas a un robot de cocina. Tritura hasta obtener un puré grumoso. Mira la foto de arriba. (No debes pasarte para que se convierta completamente en líquido). Reserva.
Mezcla la mantequilla, el azúcar y el huevo en un bol grande a velocidad media-alta durante unos 2 minutos.
Añade la vainilla, el suero de leche y el puré de fresas y vuelve a mezclar hasta obtener una masa homogénea.
Añade las dos harinas, el bicarbonato, la levadura en polvo y la sal, y mezcla a velocidad baja hasta que se incorporen JUSTO. No conviene mezclar demasiado. Raspa los lados del bol si es necesario.
Añade la masa de los donuts a una manga pastelera grande o a una bolsa de congelación. Pon la bolsa en una taza o un vaso grande y dóblala por los lados de la taza (¡así el relleno será más ordenado!) Usa una espátula de goma para meter la masa en la bolsa. Cierra la bolsa y recorta la esquina de la bolsa de congelación (si la usas).
Engrasa el molde para rosquillas y vierte la masa en cada molde con cuidado. No llenes el molde más de la MITAD.
Hornea durante 7-8 minutos en la rejilla central.
Bate el azúcar glas y la leche en un bol y reserva.
Pon los donuts en una rejilla y vierte el glaseado por encima de cada uno dejando que gotee. También puedes sumergir la parte superior de cada donut en el glaseado uno a uno. El glaseado se endurecerá al cabo de unos 20-30 minutos. ¡Que los disfrutes!
Notas:
El uso de ingredientes como el suero de leche y la harina para tartas ¡marca la diferencia!
Engrasa muy bien los moldes de los donuts y sácalos cuando aún estén calientes para evitar que se peguen.
Añade más azúcar a la masa si te gustan los donuts más dulces.
Utiliza fresas muy maduras para que tengan más sabor a fresa.
Enfría dos veces los donuts para conseguir un glaseado más espeso.
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